Liberación de Energía Residual Humana, Fisioterapia y terapias naturales


Tratamiento del dolor "CORBATEC"

23.09.2008 17:15

Desde hace algún tiempo procuro ayudar a mis pacientes, aquejados de dolor con o sin causa patológica, (contusiones, trauma por intervención quirúrgica, artrosis, artritis; lesiones articulares o fracturas óseas y por otras causas).

El sistema “corbatec”, o la curación por el latido cardíaco, consiste en intentar que nuestro ritmo cardíaco se centre en la zona donde se localiza el dolor. Para ello, vamos a colocar nuestras propias manos sobre la piel por encima de la parte dolorida.

Para conseguir conectar con este latido es preciso, a priori, hacer diversos pasos:

1º.- Buscar un pulso arterial, como por ejemplo el radial, que se aprecia a nivel de la muñeca. Hacer este ejercicio varias veces, hasta conseguir que con sólo tocar la superficie de la piel en esta zona, ya se perciba la frecuencia y el ritmo de la onda que produce la salida de la sangre desde el corazón a la arteria aorta.

2º.- El próximo ejercicio es poner ambas manos en el estómago sin apretar, intentando captar esta cadencia regular. Cuando lo hayamos conseguido pondremos las manos por encima del abdomen, por debajo del ombligo, hasta sentir igualmente este latido.

El “escuchar” el registro pulsátil no es fácil, ya que la onda vibrátil se aleja progresivamente del corazón hasta la zona en donde vayamos a apoyar las manos, donde es más tenue, por lo que no debemos desanimarnos si tardamos algún tiempo en obtenerlo.

3º.- Una vez conseguida la habilidad para captar el pulso capilar, ya podremos auto-ayudarnos en conseguir calmar un dolor.

Veamos algún ejemplo:

- Dolor lumbar: aplicar vuestras dos manos en la zona abdominal (como ya se ha indicado), por debajo del ombligo y una vez conseguido percibir el latido, buscar esta expansión rítmica sincronizada en la zona lumbar, en donde sintamos el dolor.

- Dolor y opresión torácica: Aplicar dos dedos de la mano, como el índice y corazón en los puntos 1 y 2 (P) del meridiano del pulmón (bilateral) y una vez captemos el pulso arterial, dirigir nuestro pensamiento a la zona donde nos duela, buscando la misma cadencia pulsátil.

- Dolor por causa traumática: En el caso de tener inmovilizado un miembro por la escayola, debido a una fractura, trataremos de encontrar el pulso arterial en la zona dolorida, a través de este vendaje de yeso.

- Dolor por intervención quirúrgica, por esguince, ataque de reuma, artrosis, etcétera: poner una o dos manos encima de la zona más dolorosa, percibir el latido capilar y esperar no menos de diez minutos.

En honor a la verdad, he de decir que no es fácil conseguirlo y puede pasar algún tiempo hasta que lo logremos. Asimismo y cuando esto suceda, el dolor se puede agudizar, haciéndonos creer que este sistema no nos sirve de mucho, pero el resultado es muy satisfactorio, pasados unos días de practicar el corbatec.

Un consejo: No es conveniente buscar el pálpito cardíaco después de comer, mejor a las dos horas, y si es por la noche hacer una cena sin alimentos animales, para aligerar la digestión, ya que de otro modo, es difícil dirigirlo a la zona dolorosa que queremos calmar y éste puede aparecer en el bazo y en la cola del páncreas.

 

El por qué de esta búsqueda para paliar el dolor, surgió del hecho de que, siempre que existe una infección causada por agentes patógenos, además de la sintomatología propia, como fiebre, escalofríos, calor, sudoración, trastornos de la circulación y otros, parece que el corazón se traslade a la zona enferma, por su resonar dentro de esta área.

Todos hemos tenido la sensación de “latido pulsátil fuerte”, como una ola que choca contra nuestro dedo explorador, en una infección cutánea, por ejemplo: un uñero, un forúnculo o un absceso, que junto al dolor que producen no podemos apartar la mente de esta tumefacción, y por supuesto sin tocar la bolsa de pus.

El que el practicar el corbatec o propagar conscientemente el pulso del ritmo cardíaco hacia donde sintamos dolor, tenga cierta incidencia en calmarlo, quizás sea una forma de avisar al “centro cerebral de impresiones especiales”, que estamos padeciendo un estímulo doloroso por causa patológica y que con este esfuerzo mental, se pongan en marcha mecanismos para paliarlo.  

 

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